Hoy llevé la imagen de la Virgen de Guadalupe para bendecir, así que escuché misa, hace tiempo que no lo hacía, el ritual,lo había perdido, y el sermón, y todo lo que conlleva, el sacerdote, lleno de espíritu santo, me hizo sentir en santa paz. Pedí a la madre conformidad en mi corazón, y me encontré reconfortada y me regocijé. Y es cuando me di cuenta que las pérdidas no lo son, son oportunidades, que deben explorarse, no quedarse en el llanto, confiar en la sabiduría divina. Los cambios solo son eso, una nueva oportunidad. Y me siento bendecida por el amor de Dios.